Género, Sexo, Identidad
¿Cómo te lo pregunto?
Cuando nos enfrentamos con la necesidad de conocer a nuestros usuarios, muchas veces optamos por encuestas online, no siempre es posible hacer entrevistas presenciales o focus groups. En cuestionarios estructurados, solemos encontrarnos con el desafío de tener que cuantificar fenómenos, que no siempre son tan dicotómicos.
Este reto nos lleva a forzar la respuesta a unas categorías que por costumbre o falta de tiempo no nos detenemos a repensar. El afán del investigador se vuelve un capricho y el dato pierde la profundidad que requiere.
Es la sensación que tengo cuando me pongo a pensar en la obligada pregunta de “sexo” en los cuestionarios.
¿Cuál es el verdadero desafío?
Nos encontramos en un punto en el cual lo desconocido no sólo es la respuesta, sino también la pregunta.
Podemos leer miles de artículos sobre lenguaje claro, inclusivo, no sexista y seguir sin enfrentar el verdadero desafío; el de replantearnos si la identidad de género, el sexo o la expresión de género son condiciones necesarias para comprender el fenómeno que queremos estudiar.
¿Realmente en todos los casos es indispensable saberlo? Si el usuario frecuente de un producto puede decirnos algo al respecto del mismo; ¿Su definición identitaria íntima se relaciona con ello?
El verdadero desafío está en profundizar nuestra visión como investigadores. Continuar en la antigua pregunta de sexo con categorías dicotómicas nos habla de una escasa revisión del tema por nuestra parte. Mucho más si pensamos que la solución es incorporar la categoría “otro” o “prefiero no responder”.
¿Se imaginan lo siente un usuario cuando le decimos que como no es ni hombre ni mujer es eso “otro”? ¿Qué significa ser el otro que no se puede categorizar? ¿Y por qué tratamos de forzar a identificar su identidad en un máximo de 3 opciones?
Identidad de género y Expresión de género
La diferencia planteada no es ni tan simple ni tan obvia. Partimos de que el lenguaje está vivo, es dinámico y por ello los cambios en la sociedad se transmiten en el idioma. Trabajar estos temas con seriedad es empatizar con una comunidad que transita un cambio.
La identidad de género se define como el autoconcepto y vivencia del género de cada individuo. Es un proceso de autoconocimiento.
Los principios de Yogyakarta dicen; “La identidad de género se refiere a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo[…]”
Expresión de género es lo observable de la persona, la apariencia. Puede estar relacionada o no a la identidad de género y a lo que la sociedad espera al respecto.
Considero que no podemos definir a ningún individuo ni por su identidad, puesto que cada persona se autodefine; ni por su expresión, ya que nadie puede decirnos quienes somos por nuestra apariencia.
Tratar de precodificar una identidad y elección de vida hiperpersonal tiende a ser una falacia por parte de cualquier investigador.
Ni variable dicotómica, ni respuesta única
Para la comisión de los Derechos Humanos de la ciudad de Nueva York existen 31 tipos de identidad sexual diferentes. Gráficamente se vería así, donde a los 28 del listado tenemos que sumar; “hombre”, “mujer” y “hermafrodita”.
Queda claro que no podemos seguir optando por una pregunta que sea de respuesta única y menos aún de opciones dicotómicas.
Facebook identifica 56 posibles géneros que el usuario puede personalizar, con la posibilidad de no hacer visible esta elección. Sirve para setear la manera en que van a dirigirse las comunicaciones a la persona.
“La desventaja de esta respuesta “obvia” a nuestra pregunta es que, tal como la mayoría de las creencias que se nos aparecen como obvias y evidentemente verdaderas, sólo sigue siendo obvia si nos abstenemos de examinar atentamente los supuestos que debemos asumir para aceptarla. Tratemos, entonces, de desandar las etapas por las que llegamos a considerar que nuestra respuesta era obvia ¿De dónde sacamos la idea de que las acciones humanas se dividen en cierto número de tipos diferentes? Del hecho de que se las ha clasificado de esa manera y de que a cada archivo de esa clasificación se le ha asignado un nombre diferente […] “ — Zigmunt Bauman
Cuando la identidad de género es una pregunta indispensable.
En ocasiones, más allá de lo dicho, la pregunta es obligada. Consultar la identidad de género es fundamental en un formulario. Para esos casos tengo varias maneras de enfocar la situación;
Mirando ejemplos en los que el enfoque no está bien planteado: Esto es una manera de entender lo que no queremos generar en el entrevistado.
Clásica, pero aggiornada: Una opción para poder continuar con trackings sin perder la posibilidad de tener cercanía con el entrevistado. Damos la opción a describir cómo se identifica.
¿Con qué género te identificas?
- Femenino
- Masculino
- No binario
- Prefiero Describirlo ______
Enfocada desde los pronombres personales: Aquí la cuestión es preguntar por la manera en que se identifica cada persona en torno a su pronombre en tercera persona.
¿Cuáles son tus pronombres? (Opcional)
- Ella
- El
- Ellos
- Elle
- Negarse a identificarse a sí mismo
Dentro de un contexto: Agregar una pregunta más al cuestionario como forma de completar la información identitaria de la persona, que va más allá de su elección sexual, incluye situaciones condicionantes importantes que funcionan como un eje de clave en esa historia de vida.
¿Alguna de las siguientes categorías es relevante para vos? (Opcional)
- Graduación universitaria de primera generación
- Persona con discapacidad (visible o invisible)
- Inmigrante
- LGBTQIA +
- Persona que vive con bajos ingresos
- Ninguna de las anteriores
- Negarse a identificarse a sí mismo
Cuando el sesgo determina la inclusión
La inteligencia y la empatía la armamos entre todos. Queda de nuestro lado mostrar que podemos lograr una sociedad en la cual incluyamos la heterogeneidad sin caer en prejuicios. Asumamos que no son intencionales, sino que son producto del sentido común, forjado tras años de educarnos en una sociedad “dicotómica”.
Un último caso para ejemplificar este punto es Google Translate y su algoritmo que define el género. El Euskera contiene estructuras gramaticales neutras, sin embargo cuando tratamos de traducirlo le agrega un artículo de género según el contexto.
El contexto de un algoritmo de AI se basa en una correlación de elementos, los cuales alguien puso en juego. Apuntemos a relacionar variables de una manera inclusiva, sin el sesgo de creer que solo cosen las mujeres.
Gracias por tomarte el tiempo de leer este artículo. Lo enriquecedor de este escrito es que nos ayude a pensar categorías fuertemente arraigadas. No estoy excenta de cometer errores. Me encantaría seguir aprendiendo; si ves algo que aún yo no vi, simplemente decimelo; carolina.laura.torres@gmail.com
