Las personas somos más que usuarias
El mundo del diseño de productos y servicios se convierte de a poco en un espacio cada vez más analítico.
Perfiles de todas las disciplinas confluyen en las disciplinas UXer. Esta heterogeneidad enriquece aún más la mirada sobre cómo construir un producto o servicio.
Desde la perspectiva del Contenido, realmente se están generando cambios significativos en la visualización de individualidades.
UX Writers que logran incluir a todos los tipos de “géneros”, textos cortos y con usabilidad apta lectores de voz. Maravillas con un lenguaje tan complejo como el español.
Por su parte, Service Designers elaboran los mejores flujos en medio de procesos semi digitalizados, tal como están hoy la mayoría de las empresas argentinas.
Researchers, meticulosos con los user persona, tienen en mente una cantidad precisa de entrevistas que incluyen todo lo indispensable.
La perspectiva de crecimiento es enorme. Por momentos se puede percibir ese ambiente de satisfacción por “hacer las cosas bien”.
¿Cómo seguimos?
Para dar profundidad a la elaboración de productos en el mundo digital es imperativo que nos alejemos de la visión de una persona individual que usa un servicio.
Continuar por el camino del análisis de personas aisladas, atomizadas en un mar de otredad usuaria digital, es andar por una senda a ciegas. Cómo un buey con los ojos vendados.
Las personas somos comunidad, portamos creencias, tenemos grupos de pertenencia, un lenguaje, formas de actuar y un sinfín de planes para el futuro.
Podría seguir eternamente con el listado sociológico, pero asumo que ya entendieron la idea.
Minimizar la individualidad al Uso, es por lo menos una pena. Volvamos a pensar en comunidades actuantes. Releamos artículos antropológicos para profundizar aquello que hoy queremos lograr en un card sorting.
El todo no es la suma de las partes
El título es una verdad conocida, lo sé. Pero quiero insistir con la idea de que análisis de personas aisladas no nos va a dar resultados con impacto en un diseño complejo.
Actualmente, entender el contexto es la clave. Lo desafiante. es la velocidad con la cual cambia ese entorno.
El cambio es inevitable, lo que podemos experimentar (o no) es la transformación. Difícilmente podremos transformarnos a la velocidad con la cual sucede el cambio.
Mucho menos analizarlo mediante la investigación.
Mi apuesta está en las “categorías residuales”; aquellos puntos o hallazgos en forma de frases que no eran parte del objetivo de la investigación.
Es ahí donde tenemos que volver con lupa, releer, salir a la calle y buscarlos. Allí donde pensaste que era una frase aislada; ahí puede estar el próximo cambio.
Cámbiame despacio que estoy con prisa
El volumen abrumador de tareas en simultaneo, multiplicidad de devices y canales de contacto, no generan el entorno ideal para repensar procesos y diseños.
No paso por aquí a hacer una crítica a la híper modernidad, lejos de ello. La crítica es al uso excesivo y en coexistencia.
Revaloricemos la observación sin intervención. Solo así podremos pensar a las personas en comunidad, como parte de un todo.
El uso de nuestros productos, esos que diseñamos con pasión, no está por encima de las personas. Es la comunidad en contexto quien usa o denosta el uso de ellos.
Me propongo revisar el diseño de servicios con una mirada contextual. Te invito a abandonar la visión de “personas usuarias” por otra que incluya familias, vecinos, amigos, amigas, influences y todo tipo de lazo social.
Gracias por leer hasta el final ;)